Ayer se cumplió un año desde que los talibanes volvieron a sentarse en el gobierno de Kabul y los americanos y sus aliados, entre ellos los españoles, terminaron de salir por piernas de ese estado fallido que se llama Afganistán.
La sensación que uno tiene a primera vista es que veinte años de ocupación americana, en la que colaboraron otros países, no ha servido para nada. A los cuatro días de la salida de las tropas todo era igual que antes, miedo en todo aquel que se veía en el punto de mira talibán, atentados, opresión sin límite a las mujeres, en fin, un lugar donde nadie que no fuese un fanático querría vivir si pudiese salir de allí. Esto se llama fracaso y parece mentira que con tanto analista militar, geoestratega y diplomático, con tantos millones de dólares enterrados allí, no se encontrase la forma de transformar la sociedad afgana para que el país fuese un estado organizado, democrático y que respetase los derechos humanos.Leer más »
El Optimista Escéptico 