La oposición

La llegada de Núñez Feijoo al puesto de mando del Partido Popular el pasado mes de abril parecía que iba a abrir una nueva forma de hacer política y, sobre todo, una mejor forma de relacionarse entre el gobierno, sobre todo el PSOE, y los populares. Hace unos días el presidente Sánchez manifestó ante los periodistas que Feijoo era peor todavía que el anterior presidente del PP, Pablo Casado.

No le gusta al presidente Sánchez que el PP vote siempre en contra de todos sus decretos y sus leyes, sean de lo que sean y afecten a quienes afecten. El último ejemplo de esta situación es el decreto aprobado el jueves sobre las medidas de ahorro energético, que el PP votó en contra. Tenían el culo prieto el PSOE y Unidas Podemos porque hasta unas horas antes no habían obtenido los apoyos necesarios para sacar la norma adelante, incluso echaron mano de Ciudadanos para ver si podían convencerle, y se barajó la posibilidad de tramitarlo como proyecto de ley para que se pudiesen incorporar enmiendas, lo cual al final no fue necesario.

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El Partido Popular es la oposición, al igual que todos los demás partidos del Congreso que no están en el gobierno de la nación, pero no es la misma oposición que el resto y eso el PSOE de Sánchez no lo entiende o hace como que no lo entiende. El PP es el único que tiene posibilidades de formar un gobierno tras las próximas elecciones, el resto de los partidos son todos comparsas sin la más mínima posibilidad de gobernar, incluido Unidas Podemos que se sienta ahora en el Consejo de Ministros con escasa capacidad de influir en las decisiones que toma el PSOE. Hay muchos partidos pero siguen siendo el PSOE y el PP los que marcan el paso.

Pedro Sánchez, al igual que Núñez Feijoo, accedió a la jefatura de su partido en un momento convulso con unas tensiones internas que amenazaban incluso con la ruptura del partido. Logró controlar el aparato del partido, se hizo con la Secretaría y la fortuna y su habilidad lo llevaron a la presidencia del gobierno en poco tiempo, lo que le ha consolidado como líder incuestionable del PSOE y de la izquierda moderada. Feijoo todavía está en fase de organizar su propio partido, de controlar a la incontrolable Díaz Ayuso y de consolidar su liderazgo, algo que de momento no ha ocurrido. No sabemos si lo logrará. Dentro de unos meses hay elecciones generales y parece muy pronto para que pueda disputarle el gobierno al PSOE, pero vienen tiempos difíciles y nadie debería descartar que la próxima legislatura no dure cuatro años sino bastante menos.

Se lo dijo un día la extinta presidenta andaluza Rosa Díaz a Sánchez: tu problema eres tú. El problema que tiene el PSOE a la hora de obtener apoyos parlamentarios o de sentarse a negociar con el Partido Popular cuestiones de estado es que siempre lo hace a base de adhesiones inquebrantables a sus proyectos y borradores ya cerrados. Ese no es el estilo con el que se debe invitar a nadie a participar en la vida legislativa (no en la ejecutiva) porque no le dejas margen a la hora de vender su apoyo a sus votantes. Oposición es la acción y efecto de oponerse, no de colaborar, por lo que, salvo esos partidos comparsa que saben que pueden negociar cualquier cosa y la contraria, incluso pueden dejarse engañar por Sánchez sin mucho coste electoral, al Partido Popular no le queda mucho más que negarse siempre a todo. Con Casado, con Feijoo y con el que venga detrás.

Si Yolanda Díaz sigue adelante con su iniciativa de Sumar, el PSOE y Sánchez lo van a tener complicado por dos cosas, una porque no serán capaces de sentarse con ella sin imponerle sus criterios y otra porque se les va a ver el plumero más de lo que se les ha visto hasta ahora. No sé si Yolanda Díaz negocia bien o mal, pero sí que ha sabido ganarse la fama de ser una persona dialogante capaz de hablar con todo el mundo y de llegar a acuerdos con polos opuestos. En ese terreno es donde Pedro Sánchez tiene que mejorar para que la oposición no tenga siempre la misma escusa a la hora de atrincherarse: el PSOE solo busca el apoyo de la oposición pero no acepta ni una sola propuesta de ella.